Por escasa precipitación pluvial en lo que va del año, la dirección de Desarrollo Rural prevé un escenario complicado en la producción agrícola, principalmente en las áreas de temporal donde suele cultivarse maíz, avena y cebada, primordialmente.
Este tipo de siembras requiere, en primera instancia dehumedad para la germinación de las semillas y posteriormente, precipitaciones espaciadas durante el desarrollo (a lo largo de 120 a 150 días).
Las condiciones actuales en el valle de Tulancingo no cumplen ni se acercan a estos parámetros, lo cual ha limitado el establecimiento de los cultivos, especialmente en la parte baja del municipio.
Escasamente en áreas como La Lagunilla, Huajomulco así como algunas partes de Jaltepec, se han establecido cultivos de maíz y cebada, los cuales presentan bajo desarrollo por falta de agua de lluvia.
Abraham Salomón Ganado, dijo que de continuar este panorama, el 2020, será el tercer año consecutivo de sequía, lo cual incluso puede afectar la disponibilidad de agua en los pozos.
Originalmente el periodo de lluvias, es esperado en el periodo mayo– julio para lograr el acumulado de por lo menos 150 milímetros de agua y a la fecha, se tienen solo 80 milímetros.
De no cambiar el panorama, el patrón de cultivos seguramente cambiara, incrementándose la superficie destinada al cultivo de cebada, es decir que se optaría por este cereal en sustitución del maíz, cuyo desarrollo tarda más días.
En el municipio se cuenta con alrededor de siete mil hectáreas de tierra de temporal y cinco mil en el régimen de riego. En este momento se encuentran cultivos en las áreas de riego, principalmente con alfalfa, pradera y maíz que en general es utilizado para la alimentación del ganado productor de leche.
El director de Desarrollo Rural invitó al sector agrícola con disponibilidad de agua de pozo o presa, para usar de manera más eficiente el vital líquido y disminuir el desperdicio logrando con ello alcanzar los rendimientos potenciales de sus cultivos en tierras de riego.
La experiencia de los productores, les ha permitido determinar en qué momento del desarrollo del cultivo es más útil aplicar el riego y así obtener mayores volúmenes de producción.
En 2019, las pérdidas por sequía tuvieron mayor notoriedad en superficie de temporal con menor impacto en las de riego.